domingo, 12 de julio de 2009

La Guerra Civil Española (I)

Al día siguiente de las elecciones, Gil Robles y Franco pedían a Alcalá Zamora la proclamación del estado de guerra, aunque no se declaró. Debido a la gran polarización política que había crecieron los enfrentamientos entre izquierdas y derechas, lo que anunciaba el conflicto civil. Además de producirse acciones revolucionarias iniciadas por campesinos y obreros (huelgas, ocupaciones de tierra…); se producía terrorismo de extrema derecha (los pistoleros de Falange) contra locales y líderes de izquierda. Además la derecha conspiraba y buscaba el apoyo del ejército para frenar la revolución social. Se puede explicar de 2 formas porque se produjo la guerra civil. Para los conservadores, la guerra civil se produjo para frenar el avance del comunismo internacional; mientras que los de izquierdas defienden que la guerra se produjo para la implantación de un régimen fascista. Pero en realidad se produjo por muchos factores (desigualdades económicas, actitudes religiosas, nacionalismos…) que provocaron una profunda división en el seno de la sociedad española, la cual fue reforzada por la gran polarización política.
El 12 de julio de 1936 apareció asesinado el teniente Del Castillo de la Guardia de Asalto y por ello, al día siguiente un grupo de guardias de Asalto detuvieron y ejecutaron por su cuenta al diputado Calvo Sotelo. Este fue el pretexto para la rebelión militar. El coordinador de la conspiración fue el general Mola aunque el alzamiento se inició el 17 de julio bajo la dirección del general Franco. Esta sublevación en los primeros días triunfó en la franja norte (sin la cornisa cantábrica) y en la franja sur en la Andalucía occidental con extensión a Marruecos y Canarias. Este golpe fue casi exclusivamente militar, casi sin participación de civiles; además su objetivo no era la implantación de una monarquía conservadora sino la implantación de un régimen autoritario. Pero lo que estaba previsto como un golpe rápido se convirtió en una guerra de 3 años. Se puede dividir la guerra en varias etapas:
En una primera etapa (desde julio de 1936 hasta marzo del 1937) El ejército de África bajo el mando de Franco cruza el estrecho de Gibraltar y ocupa gran parte de Andalucía y Extremadura; por otra parte, el general Queipo de Llano ocupa el sudoeste de Andalucía y el general Mola se apoderó del Norte de Navarra a Galicia pasando por Castilla y León (sin la franja Cantábrica desde Asturias a Vizcaya). Más tarde se conquistó Badajoz, lo que unió las 2 zonas controladas por los sublevados. El objetivo prioritario de Franco era Madrid pero antes de atacar a Madrid Franco liberó el Alcázar de Toledo (que estaba resistiendo al asedio republicano). Cuando Franco atacó Madrid frontalmente fue derrotado. Entonces decidió usar maniobras envolventes, rodeando y aislando la capital, pero las victorias republicanas de Jarama (febrero 1937) y Guadalajara (marzo 1937) impidieron el éxito de esta estrategia. A partir de entonces se entró en una guerra de desgaste, que favorecía los propósitos de Franco de consolidar su poder personal y sus conquistas y aniquilar el republicanismo tanto militar como políticamente.
En una 2ª etapa se inicia la conquista del Norte, que acaba con la conquista de Asturias en octubre de 1937. En esta campaña se produjo el bombardeo de Guernica, población bombardeada por la legión Cóndor alemana. Esto se convirtió en un signo de barbarie fascista. Una vez que se conquistó el norte, las tropas de Franco iniciaron la ofensiva del Bajo Aragón, que se desarrollaría durante el invierno de 1937-38. Los republicanos recuperaron Teruel, aunque poco después volvería a caer en manos de los franquistas. Más tarde, en verano de 1938 las tropas franquistas llegaron hasta el Mediterráneo, con lo que la república quedó dividida en 2 partes: Cataluña por una parte y Madrid y Levante por otra. Ante esta situación la República inició una ofensiva en el frente del Ebro con la que quería unir de nuevo sus territorios y prolongar la resistencia a la espera de que estallase la guerra en Europa. La batalla del Ebro (julio-noviembre 1938) fue la más sangrienta de todas y supuso la derrota casi definitiva de los republicanos. Además desapareció la posibilidad de guerra en Europa que se esfuma con la conferencia de Munich entre Gran Bretaña, Italia, Alemania y Francia.
Finalmente en una tercera etapa se inició la ofensiva franquista sobre Cataluña que acabó con la conquista de Cataluña por parte de los sublevados en febrero de 1939. Ya sólo quedaba como último objetivo importante Madrid, donde a principios de marzo el coronel Casado (apoyado por socialistas y anarquistas) se rebela contra Negrín y los comunistas y asume el control de un Consejo Nacional de Defensa que intentó negociar la paz inútilmente con Franco. El último enfrentamiento que hubo fue entre comunistas por un lado y socialistas y anarquistas por otro. Finalmente Franco entró con facilidad en Madrid el 28 de marzo y el 1 de abril de 1939 se terminó la guerra civil.
En la guerra civil fue imprescindible la colaboración militar extranjera en ambos bandos. El ejército sublevado se caracterizaba por su alta disciplina y por su alta cualificación de sus mandos, mientras que los republicanos contaban con un ejército con problemas de indisciplina. En la guerra los sublevados tomaban casi siempre la iniciativa mientras que a los republicanos les tocaba resistir. La estrategia republicana pasó a consistir en aguantar el máximo tiempo posible esperando el inicio de la 2ª guerra mundial.
EVOLUCIÓN POLÍTICA.
España Republicana.
Los primeros días tras la sublevación militar fueron de desconcierto. Los sindicatos pedían armas para proteger la república aunque Casares Quiroga no se las entregó porque eso significaría traspasar el poder del estado a los dirigentes sindicales. Finalmente, un nuevo gobierno constituido por Giral ordenó la distribución de armas entre obreros, pero en realidad lo que hacía es legalizar los hechos ya que los obreros ya se armaban como podían. La guerra civil supuso la desarticulación inmediata del estado republicano y salvo en el País Vasco (donde tomó el control el PNV, que constituyó un gobierno autónomo) en el resto de la zona republicana ejercían el poder las organizaciones obreras. Pero las derrotas sufridas evidenciaron la necesidad de reorganizar y fortalecer el estado. En septiembre de 1936 se constituye un nuevo gobierno presidido por Largo Caballero en el que además de socialistas había republicanos y comunistas, e incluso más tarde se incorporaron ministros anarquistas. El objetivo de este nuevo gobierno era la creación de un verdadero ejército unificado y el restablecimiento del poder del Estado, con la consiguiente disolución de los poderes locales de carácter revolucionario que habían ido surgiendo desde inicios de la guerra. Pero ante el avance de las tropas franquistas el gobierno se trasladó a Valencia y Madrid quedó bajo el mando de una Junta de Defensa a cargo del general Miaja. La siguiente medida fue someter al control del estado los focos de poder revolucionario que quedaban en Cataluña y Aragón. En Cataluña existían 2 centros de poder: La Generalitat presidida por Companys; y el Comité Central de las Milicias Antifascistas dirigido por la CNT y la FAI que controlaba fábricas servicios y milicias (las cuales serían integradas al ejército popular de la república por el decreto de octubre de 1936). Los intentos de la Generalitat de restablecer su poder, provocaron una insurrección en mayo del 37 protagonizada por grupos de anarquistas y del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Finalmente Largo Caballero tuvo que dimitir por su negativa a ilegalizar el POUM como le exigían los comunistas. Entonces se formó un nuevo gobierno presidido por Negrín quien se apoyó principalmente en los comunistas. Entonces el único poder revolucionario que sobrevivía fuera del control del Estado era el Consejo de Aragón que acabó siendo disuelto en el verano de 1937. Pero en 1938 se plantearon 2 estrategias de guerra debido a la mala situación militar de la república: La de Negrín dispuesto a luchar hasta el final, esperando que se iniciara la guerra en Europa; y la de amplios sectores republicanos y del ministro de defensa Prieto que querían negociar la paz con Franco. Se impuso la estrategia de guerra de Negrín y Prieto abandona su cargo. Finalmente el coronel Casado precipita el final de la guerra sublevándose contra la república en 1939 con la intención de negociar la paz con Franco, el cual solo aceptaba la rendición incondicional.
España ocupada por los sublevados.
Al convertirse el golpe de estado en una guerra prolongada, las zonas controladas por los sublevados necesitaban establecer alguna forma de organización política. Ésta fue la Junta de Defensa Nacional con sede en Burgos y dirigida por el general Cabanellas (el general de mayor graduación). Pero el verdadero poder lo ejercía Franco. Los sublevados en un principio presentaban vacío ideológico y tomaron medidas como la prohibición de los sindicatos y la disolución de partidos, la censura de prensa y la destitución de todos los cargos públicos ocupados por republicanos. Todo esto acompañado de una brutal represión.
Franco era el que mayor libertad de maniobra poseía con su ejército africano, situación que aprovechó para erigirse jefe supremo del movimiento (fue nombrado jefe de estado y generalísimo de los ejércitos en septiembre de 1936). En ese momento se inicia una nueva etapa en la que Franco concentraba todo el poder: la Junta de Defensa Nacional pasó a llamarse Junta Técnica del Estado y pasó a tener funciones secundarias, ya que donde realmente se tomaban las decisiones era en el cuartel general de Franco.
Por otra parte, las fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación (CEDA, monárquicos, carlistas y Falange) incluso llegan a desaparecer a excepción de Falange que tenía un creciente protagonismo a pesar de la muerte de sus principales cabecillas y de su máximo dirigente (Jose Antonio Primo de Rivera fusilado por los republicanos). Entonces Franco promulgó el Decreto de unificación por el cual se fusionaban todas las organizaciones políticas en una: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS), cuyo jefe era Franco. Además Franco recibe el apoyo de la iglesia española, con lo que Franco obtiene legitimidad a la guerra. Por ello la guerra se representó como una cruzada religiosa en defensa de la fe.
Lo siguiente fue la constitución del primer gobierno en 1938 designado y presidido por Franco. El régimen franquista era un régimen personalista, que se definía como régimen nacionalsindicalista de inspiración fascista y católica y cuyo programa estaba apoyado en el Fuero del Trabajo promulgado en marzo de 1938; y en los 27 puntos de Falange. La actuación durante la guerra del régimen se redujo a medidas provisionales de carácter provisional.
SITUACIÓN ECONÓMICA.
La situación económica atraviesa una dura crisis
En la zona republicana cuando comenzó la guerra controlaba todas las zonas industriales y las principales ciudades, aunque las zonas agrícolas eran insuficientes para alimentar a su población. En un principio, la república además de perder el poder políticamente, lo pierde económicamente (quien tomaba el control realmente eran las organizaciones obreras). Se colectivizaron empresas privadas fue habitual en Cataluña y Levante, donde los anarquistas realizaban la revolución al mismo tiempo que la guerra. Los gobiernos republicanos aceleraron la reforma agraria se expropiaron tierras sin cultivar y de los que habían apoyado el levantamiento militar; aunque las colectivizaciones anarquistas provocaron graves problemas en el abastecimiento de alimentos en Aragón. Finalmente la República se vio obligada a recurrir a 2 soluciones para pagar los costes de la guerra: emisión de deuda pública (solo posible cuando se confiaba en la victoria) y el depósito en Moscú de las reservas de oro del Banco de España para pagar material de guerra procedente de la Un ión Soviética.
En la zona sublevada se disponían de más tierras de cultivo, por lo que no había problemas de abastecimiento de alimento. Pero tenían carencias industriales. Aquí el control de la producción fue estricto, para lo cual contaban con la colaboración de propietarios rurales, de la banca y de grandes financieros. Además las tierras expropiadas se devolvieron a su anterior dueño. Respecto a la financiación de la guerra el bando sublevado no disponía de reservas metálicas, pero fue apoyado por los regímenes fascistas de Italia y Alemania. Sus aportaciones militares fueron de elevado coste, y su pago se negoció sin problemas con los 2 países.

No hay comentarios:

Publicar un comentario